Saltar al contenido
Time of Grace en Español

Tus problemas no están afuera de ti

Aproximadamente durante los últimos treinta años, el movimiento de la autoestima nos ha estado mandando este mensaje:  “¡Eres una persona maravillosa, así tal como eres!” Se escucha bien, ¿verdad? ¿Qué puede salir mal con eso?  Bueno, si vemos todas las divisiones que hay entre familias y comunidades hoy en día: ¡todo ha salido mal!

Creer que somos completamente buenos nos lleva a creer que todo lo malo se encuentra afuera de nosotros, con esos otros en el mundo. Y que todos nuestros problemas son causados por alguien más. Entonces creemos que, “si, yo soy bueno, entonces todo y todos tienen que cambiar, callar o hacerse menos para acomodarse a mi modo de ser bueno”. 

En otras palabras, enfocarnos en nuestra autoestima, no nos hace mejores, sino al contrario nos hace más moralistas, egocéntricos y egoístas. Lo sé, porque puedo ver estos rasgos en mi mismo. 

Pero, ¿qué pasa si no somos tan maravillosos tal y como somos? ¿Qué pasa si la biblia está en lo correcto? ¿Qué tal si los seres humanos, que han sido formidablemente y maravillosamente creados, (Salmos 139:14, RVC) se alejan de la bondad de Dios y ahora son pecadores por naturaleza? 

Se que esta, no es una enseñanza popular. Y definitivamente va en contra de las tendencias de la sociedad. Pero, piensa qué pasaría si nos diéramos cuenta que la maldad no es algo que se encuentra solo allá, afuera de nosotros sino dentro de cada uno de nosotros.

Tal vez puedas decir, “si creemos que somos pecadores, entonces siempre nos vamos a sentir culpables y avergonzados”. Y en cierta parte es verdad. A veces nos sentimos así, pero no es exactamente una mala cosa. Solo los psicópatas no sienten remordimiento por lo malo que han hecho. Pero, es también la razón por la que Jesus vino a este mundo. Él vino para quitar toda nuestra culpa al morir en la cruz y resucitar. Sí, hemos pecado, pero esos pecados han sido perdonados.  Y creemos que el Espíritu Santo nos puede guiar a vivir vidas que sean dirigidas hacia Dios y hacia otros. 

El apóstol Juan lo dice de esta manera: “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros.” (1 Juan 1:8, RVC) en otras palabras. La doctrina de la autoestima es prácticamente la doctrina de la autodecepción. Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9, RVC).  Si trabajamos duro y practicamos la autoconfianza, concientizando lo que hemos hecho mal, entonces podemos llevar esos pecados a Jesús, quien nos deja limpios. Entonces podemos empezar una vida nueva con la ayuda de Dios.

Lo que este movimiento de la autoestima nos ha enseñado es creer que hemos heredado la bondad y eso nos hace malos. Pero creer que somos naturalmente malos nos puede llevar a ser buenos con la ayuda de Dios.