Somos cuatro en mi familia y tenemos la tradición de comer todos los domingos con mis padres y mi...
¿Estás listo para la Navidad?
¿Estás preparado para la Navidad? No estoy pensando en las compras de última hora o en la salsa para los tacos que tienes que preparar antes de la fiesta de la oficina. Estoy pensando en centrarte en Cristo.
Imagina un pesebre colocado justo en medio de la habitación en la que te encuentras en este momento. Hay tres maneras de plantearse esta Navidad. En primer lugar, podrías dar la espalda por completo a ese pesebre, preocupándote poco por quién es Jesús y qué hizo Jesús. (Supongo que ese no eres tú.) Segundo, podrías girar tu cuerpo hacia el pesebre pero sin mirarlo, con tu mirada hacia atrás por encima del hombro, constantemente distraído por todas las tradiciones navideñas. Por último, podrías ponerte enfrente, no sólo tu cuerpo sino también tus ojos hacia el pesebre, pensando en las bendiciones que vienen a través del nacimiento de Cristo.
“Corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús” (Hebreos 12:1,2). Se necesita perseverancia para centrarse en Jesús en medio de nuestras listas de tareas pendientes de diciembre. Pero esa perseverancia se ve ampliamente recompensada cuando empezamos a comprender cuán alto, largo, ancho y profundo es el amor de Dios, un amor tan inmenso que Dios envió a su Hijo en carne y hueso por nosotros.
La mejor manera de estar preparados para la Navidad es reservar tiempo para pensar en esas bendiciones. ¿Puedo animarte a leer Mateo 1, Lucas 1-2, Juan 1 y Filipenses 2 en las próximas semanas? Estos capítulos fijarán tu mirada en el Salvador que alegra la Navidad.