Las emociones no tienen moralidad. No son buenas ni malas, correctas ni incorrectas. Existe un...
Toda la Escritura es… útil, ¿de verdad?
“Toda la Escritura es... útil” (2 Timoteo 3:16). Es una afirmación audaz. Muchos pasajes bíblicos son alentadores e inspiradores y parecen muy útiles. Pero, ¿podríamos decir lo mismo de toda la Escritura?
Cuando leo las Escrituras, gran parte de ellas me parecen confusas, frustrantes y extrañas.
Entonces, ¿cómo consigue Pablo decir que toda la Escritura es útil?
Por ejemplo, ¿qué le parece este versículo? “No cocerás ningún cabrito en la leche de su madre” (Éxodo 23:19, NVI).
No suena muy útil.
Pues bien, la Biblia empieza a ser más útil cuando nos damos cuenta de que, aunque fue escrita para nosotros, no fue escrita para nosotros. Las Escrituras, incluso los libros históricos, fueron escritos a gente antigua en culturas antiguas que experimentaban preguntas y desafíos únicos en su época. Así que los autores bíblicos, dirigidos y llevados por el Espíritu Santo, respondieron a sus problemas con las respuestas de Dios.
En otras palabras, antes de permitir que la Biblia nos hable hoy, necesitamos ver cómo y por qué habló a su audiencia original. ¿Cuáles eran sus problemas? ¿Cómo aplicaron los autores bíblicos el carácter y la verdad de Dios a sus situaciones?
Una vez que hayamos establecido lo que las Escrituras significaban para los autores en su época, podemos saltar a nuestro tiempo y ver lo que Dios nos está diciendo hoy.
¿Qué estaba diciendo Moisés a los antiguos israelitas cuando les dijo que no cocinaran un cabrito en la leche de su madre? Lo más probable es que Moisés estuviera enseñando al pueblo de Dios que, aunque debían sacrificar animales (no sólo para alimentarse, sino también como parte de su culto), debían hacerlo con compasión y cuidado por ser parte de la creación de Dios.
Aunque hoy en día no estamos obligados a realizar tales sacrificios de animales, podemos ver la importancia y el valor de mostrar compasión y cuidado por la creación de Dios, incluso cuando utilizamos algunos animales como alimento.
Así es como debemos leer toda la Biblia. Primero hacemos todo lo posible por entender lo que significa en su contexto original, y luego aplicamos el principio más amplio a nuestra vida actual. Cuando hacemos esas dos cosas, toda la Escritura es... útil.