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Pase lo que pase
Últimamente he tenido este pensamiento recurrente en mi mente. En realidad, es una pregunta. Aparece cada vez que digo: “Soy tan bendecida”, como respuesta a algo que va bien en mi vida. La pregunta que se me viene casi de inmediato es: ¿seguiría diciendo eso si esa misma … cosa … NO me saliera bien?
¿Dije “soy tan bendecida” el día que uno de mis hijos tuvo un ataque epiléptico ? ¿O el día en que mi mamá murió inesperadamente en un trágico accidente?
¿Seguiría diciendo “soy tan bendecida” si mi casa se llegara a incendiar?
¿Seguiría diciendo “soy tan bendecido” si los resultados del examen mostraran que el tumor es canceroso?
Para ser completamente honesta, no. No, no dije esa frase cuando ocurrieron esos dos eventos reales. Y, en realidad, probablemente no sería lo primero que diría si los otros eventos hipotéticos también ocurrieran.
Entonces … ¿Cuál es el secreto para poder decir las palabras “soy tan bendecida” pase lo que pase?
Últimamente he estado hablando con Dios sobre eso, y luego me encontré con una respuesta en una sección bastante inesperada de la Biblia: los Diez Mandamientos.
(Sigue leyendo , no va en la dirección que esperas.)
Comenzó con algunos versículos que leí en el capítulo 5 de Deuteronomio. En este capítulo, Dios recuerda a los israelitas sus instrucciones para una vida santa y saludable. Los guía a través de los Diez Mandamientos, así como también de algunos otros conceptos realmente interesantes. Uno de los mandamientos habla en detalle sobre el día de descanso (también conocido como el sábado). Dios explica lo que es el día de descanso, cómo este descanso es uno diferente y por qué le dio tanta importancia al mandarnos a tomar este tipo de descanso.
“Observa el día de descanso como un día santo. Esto es lo que el Señor tu Dios te ha ordenado. Tienes seis días para hacer todo tu trabajo. El séptimo día es el día de descanso, un día santo dedicado al Señor tu Dios. Tú, tus hijos, tus hijas, tus esclavos y esclavas, tus bueyes, tus burros, y todos tus animales, e incluso los extranjeros que vivan en tus ciudades, no deben hacer ningún trabajo en ese día. De esta manera, tus esclavos también podrán descansar como tú. Recuerda que fuiste esclavo en Egipto y que el Señor tu Dios usó su mano poderosa y su brazo fuerte para sacarte de allí. Por eso el Señor tu Dios te ha ordenado que observes el día de descanso como un día santo” (versículos 12-15 GW).
- ¿Qué es el día de descanso? Es un día santo dedicado a Dios.
- ¿Qué hace que este tipo de descanso sea santo? Es un descanso de todas las actividades terrenales y etiquetas. En su lugar, tenemos la oportunidad de reflexionar (y descansar) en la búsqueda de Dios hacia nosotros y la única etiqueta que importa: la suya.
- ¿Por qué lo hacemos? Para recordar.
Solía pensar que el mandato de Dios de recordar el día de reposo/descanso y mantenerlo santo era solo una regla que significaba que debía asistir a un servicio religioso una vez a la semana. Y durante mucho tiempo, realmente no estaba segura de por qué Dios le daría tanta importancia a esto. ¿Qué hace que ESTO califique para la lista de los diez mandamientos para una vida santa y saludable?
Pero lo cierto es que Dios siempre sabía cuán agotadora puede ser esta vida. Desde el primer día, supo que experimentaría los problemas, traumas, traiciones, ansiedad, depresión, miedo, vergüenza, pérdida, dolor, ira y mucho más. Él sabía que nuestras almas necesitarían un verdadero descanso para seguir adelante cada día con esperanza.
Sabía que no siempre podríamos decir fácilmente: “Soy tan bendecido/a”.
Así que nos ordenó descansar en lugar de obligarnos o fingirlo. Nos dio un tiempo para recordar la verdad acerca de lo que nos hace bendecidos, independientemente de los tumores, los ataques, los incendios e incluso hasta la misma muerte.
Él.
Su gracia.
Su misericordia.
Su amor.
Su promesa de que somos perdonados, santos, justos, redimidos y suyos.
Pase lo que pase.
Así que hazlo. Descansa. Aparta tiempo cada semana para tomar un descanso sagrado. Dedica ese tiempo a recordar todos los momentos en los que Él mostró su increíble poder y su abrumador amor en tu vida. “Recuerda que fuiste esclavo en Egipto y que el Señor tu Dios usó su mano poderosa y su brazo fuerte para sacarte de allí”.
Acuérdate siempre que te sientas como un esclavo … siempre, que todavía necesites su mano poderosa y su brazo fuerte … Él está allí y lucha por ti. Descansa en esto mientras susurras: “Soy tan bendecido/a”.