Una amiga me dio el cumplido más motivador. Después de contarle mi rutina de oración de la mañana, me dijo:
“El mundo puede burlarse de la idea de la oración, y a todos nos cuesta ser constantes (yo incluido), pero pocos se dan cuenta: tú, Linda, probablemente eres una de las personas más ‘peligrosas’ que existen.”
¡Vaya, necesitaba escuchar eso! Hay días en los que sí “me acerco con confianza al trono de la gracia, para hallar misericordia y hallar gracia que me ayude en el momento oportuno” (Hebreos 4:16). Pero también hay días en los que mi manera de orar es tímida, sin fuerza. Y eso no está bien, porque hay una batalla espiritual en marcha y yo soy parte del ejército de Dios.
Un mes después, ese comentario aún me da convicción, audacia y seguridad cuando oro. El ánimo de mi amigo fue clave, porque me recordó quién soy por causa de A quién pertenezco. Soy hija de Dios y participo en la lucha “contra los principados, contra las autoridades, contra los poderes de este siglo oscuro y contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:12).
Y tú también.
Así que quiero que recibas ese mismo ánimo. Lee esto despacio: “Tú, [pon tu nombre aquí], probablemente eres una de las personas más ‘peligrosas’ que existen.”
¿Te resuena raro? ¿Piensas que no eres “peligroso” por tus fallas y debilidades? Por medio de Jesús, Dios declara que tus oraciones son poderosas y eficaces porque estás en paz con Él. ¿Entonces cómo vives con más convicción, valentía y seguridad al orar y vivir “peligrosamente”?
01 Prepárate para la batalla. No es cómodo pensar en guerra espiritual, pero la realidad no cambia por nuestras emociones. Pedro advirtió que nuestro enemigo quiere apartar a las personas de Dios y de la paz que Él ofrece. Así que ponte la armadura. Los soldados no van a la batalla desprevenidos. Tú, que perteneces al ejército de Dios porque Jesús ganó la guerra en la cruz, tampoco debes presentarte sin preparación. Lee la Biblia, ora, anima a otros y rinde cuentas con hermanos para que seas “fuerte en el Señor y en el poder de su fuerza” (Efesios 6:10).
02 Ora peligrosamente. Cada oración tiene poder porque Dios es omnipotente: no hay límites para su autoridad. Ora con confianza, pidiendo protección contra el mal, fuerza para vencer la tentación, verdad contra tus miedos y paz para la ansiedad. Ora para que Él actúe, para que use tu vida (y la mía) y para que sus ángeles combatan junto a nosotros. Pide al Señor que te vista con su armadura “para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo” (Efesios 6:11).
Gracias a Dios… ¡realmente eres peligroso!
Un detalle curioso: Linda Buxa —la autora— no suele parecer alguien “peligrosa”. Pero una vez tuvo que ir a urgencias porque se cayó a través del techo del garaje. La enfermera leyó mal la camiseta que llevaba puesta, que decía “Live Generously” (Vive generosamente), y comentó: “Tu camiseta de ‘Live Dangerously’ (Vive peligrosamente) sí que te queda apropiada”.